MÉTODOS DE ENSEÑANZA Y CONSIDERACIONES PREVIAS

Un método es la forma de hacer algo en orden, es decir, a través del método podemos detallar qué pasos vamos a seguir en el proceso de enseñanza y aprendizaje, en este caso, de la lectura y la escritura.

El inicio de dichos aprendizajes presenta numerosas controversias y debates, de hecho, podemos constatar que hoy en día no existe un consenso en cuanto a la enseñanza de los mismos, la polémica aparece entre los métodos analíticos y sintéticos, aunque en la actualidad una gran parte de investigaciones al respecto defienden un enfoque equilibrado.

A principios del siglo XXI, la literatura sobre el tema comenzó a emplear un nuevo tipo de nomenclatura, de esta forma aparecieron los métodos ascendentes, bottom up, en términos ingleses, y los métodos descendentes o top down.

Los métodos ascendentes, los bottom up, se centran en las unidades elementales, de ellas vamos ascendiendo a unidades más complejas. Las letras, los fonemas y las sílabas se combinan para configurar esas otras unidades más complejas que son las palabras, las frases y los textos. Dependiendo de la unidad de partida, nos encontramos con métodos alfabéticos en los que la unidad inicial es a la grafía, el nombre de la letra, fonéticos centrados en el fonema, y silábicos, en la sílaba. Las actividades propias del método ascendente son la discriminación de grafías, la fragmentación de palabras, la asociación de
sílabas en dibujo y la asociación de gestos con el fonema.

Estrechamente relacionados con los métodos implícitos encontramos aquellos que se subscriben a la perspectiva constructivista, la cual persigue unificar en un mismo proceso las relaciones existentes entre alumnado, contenido y docente.

El aprendizaje de la lectura y la escritura a través del método constructivista conlleva entender ambos procesos de forma interactiva, donde se considera el papel activo del alumnado con capacidad de reflexionar y buscar el significado de las ideas y del pensamiento.

Desde esta perspectiva, sostiene De Amo (2004), “la lectura se considera como un proceso mediante el cual el lector (re)construye el significado del texto; la escritura, por su parte, es un proceso complejo mediante el cual, el escritor elabora un significado global y preciso y lo dirige a unos destinatarios”.

Nuevamente el docente tendrá un papel fundamental a la hora de iniciar el aprendizaje a través de uno u otro método, en cualquier caso, en la literatura podrá disponer de un amplio abanico de actividades al respecto, dependiendo del que decida utilizar para tal fin.

Se afirma que tradicionalmente se han planteado dos posturas contrapuestas sobre cuál es el momento idóneo para comenzar la enseñanza de la lectura. Por una parte, se considera que es necesario esperar a que el niño madure, y por otra, se anima a que el contacto con la lectura ocurra lo más tempranamente posible. Ambas posturas, aunque contrapuestas, pueden llegar a encontrarse, dado que el peligro está tanto en retrasar el inicio como en forzar el aprendizaje.

Proceso Lector

Leer no es sólo reconocer las palabras impresas, sino también obtener un significado o comprender el sentido del texto impreso. El proceso de lectura comienza por la percepción de un conjunto de letras, la decodificación de grafemas en fonemas y la comprensión del significado de las palabras.

Una vez esta fase se haya automatizado, el lector podrá dedicar más recursos a la comprensión del texto y no a la decodificación, realizando así una lectura más comprensiva.

El aprendizaje de la lectura, dada su importancia y complejidad ha sido objeto de estudio por multitude de investigadores y profesionales educativos (psicólogos, pedagogos, etc.), ya que resulta fundamental en el desarrollo evolutivo del niño, le permitirá relacionarse con el medio y será la base para el aprendizaje de otras materias.

Procesos cognitivos implicados en la lectura

Existen cuatro procesos que intervienen en la lectura: procesos perceptivos visuales, léxicos, sintácticos y semánticos. Todo proceso perceptive consiste en extraer la información relevante que pone de manifiesto y define las características específicas de un objeto. En la lectura la motricidad ocular es imprescindible para localizer el texto e identificar la forma de las sílabas y palabras, así como para realizar una lectura fluida y comprensiva.

Esta vía proporciona una mayor velocidad y comprensión lectora, pero genera dificultades con la lectura de palabras desconocidas. La vía indirecta o fonológica, por su parte, aprovecha las propiedades acústicas y require un proceso adicional de conversión de las letras en sonidos, de ahí que se denomine ruta indirecta.

Los procesos semánticos o de representación y acceso al almacén de las palabras consisten en identificar el significado de ese conjunto de letras agrupado. Existen dos hipótesis o rutas de acceso a la palabra: la vía directa o léxica y la indirecta o fonológica. La vía directa o léxica, en la cual el lector reconoce la palabra visualmente, es decir, aprovecha las propiedades gráficas y no necesita transformación adicional. Es necesaria una experiencia previa y estar familiarizado con la palabra en sí.

La utilización de esta ruta permite la lectura de pseudopalabras o palabras desconocidas pero la velocidad lectora es menor, ya que el lector debe utilizar la conversión de cada grafema en su fonema, esto es transformar los estímulos visuales en sonidos, lo cual conlleva tiempo y esfuerzo.
Los lectores experimentados y eficaces en el proceso lector combinan ambas rutas, utilizando la vía directa para la lectura de palabras conocidas, aumentando la velocidad y comprensión lectora y la vía indirecta para la lectura de palabras esconocidas que podamos encontrar en un texto.

Los procesos sintácticos, por su parte, son el conjunto de reglas que sirven para clarificar y segmentar la oración.

Velocidad y Comprensión Lectora

La velocidad lectora es inversamente proporcional al número de fijaciones. Si la amplitud perceptiva es baja, el número de fijaciones necesarias será mayor y por tanto se empleará más tiempo en la lectura, ya que el tiempo empleado en cada fijación es el mismo para todas las personas.

De este modo los lectores rápidos hacen menos fijaciones y menos saltos sacádicos que los lentos. Teniendo en cuenta esto, lo ideal será que se entrene la amplitud receptiva o rango de reconocimiento para que en una misma fijación seamos capaces de reconocer un mayor número de caracteres o palabras y la lectura sea más fluida. A su vez, los movimientos oculares ineficaces incrementan el número de regresiones haciendo necesario utilizar el dedo para seguir la lectura, produciendo movimientos de cabeza innecesarios, aspectos que van a influir negativamente en el proceso lector.

En lo referente a la comprensión lectora, unos movimientos sacádicos ineficientes se traducen en multitud de regresiones, en saltos de línea o incluso en releer una línea previamente leída, lo cual influye negativamente en la comprensión lectora. Por dichas razones, resulta importante desarrollar un programa de intervención para el entrenamiento de los músculos responsables de los movimientos oculares para favorecer una lectura rápida, precisa y comprensiva.

La comprensión lectora es un fenómeno interactivo e inobservable a simple vista que dependerá de la competencia y conocimientos del lector, así como de la dificultad y características del propio texto.

Existen varias pruebas estandarizadas para la evaluación de la competencia lectora, muy eficientes para medir este proceso.

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Movimientos oculares y lectura

Se ha estudiado que los problemas de fijación y movimientos sacádicos ineficaces interfieren en la comprensión y velocidad lectora. En algunos casos, se observó que esto podía deberse a retrasos madurativos de las habilidades oculomotrices necesarias para la realización de las tareas escolares. Varios autores defienden que cuanto menos sacadas se necesiten y más se utilice la visión parafoveal, más rápida será la lectura y la comprensión.

Otras investigaciones afirman que individuos que manifiestan problemas de lectura tienen, en gran medida, problemas de motricidad ocular, acomodación y problemas de binocularidad. De acuerdo con estos estudios, los ojos realizan tres tipos de movimientos durante la lectura: movimientos sacádicos, pausas de fijación y movimientos de regresión. La velocidad de lectura dependerá pues de estas tres variables, especialmente de la duración de las fijaciones y del número de regresiones.

Comprensión de Lectura

El objetivo de la lectura es comprender lo que se lee, sin comprensión la lectura no tendría ningún sentido. Un lector muestra comprensión del texto cuando le encuentra sentido y significado, cuando lo pueda relacionar con algo que le interesa o le llama la atención; sin duda alguna la comprensión muchas veces está relacionada a la visión que cada quien tiene del mundo y en ocasiones las interpretaciones no son ni únicas ni objetivas.

La lectura consiste en un trabajo activo en el que el lector construye el significado del texto a partir de su intención de lectura y de todo lo que sabe del mundo, además de todos los conocimientos que lleva hacia el texto desde antes de empezar a leer y de los que pone en el texto mientras lee (M.C.B.A., 1995).

El lector otorgará significado a una lectura coordinando informaciones que provienen de distintas fuentes: el texto, su contexto y los conocimientos previos que él posee. Para cumplir este objetivo con éxito, el lector deberá emplear una serie de habilidades o estrategias que lo ayuden a construir sus conocimientos, aplicándolos en situaciones diversas y en contextos diferentes.

Las habilidades que adquirirán tenderán al desarrollo de operaciones como el reconocimiento y jerarquización de ideas, la elaboración de resúmenes, el análisis de la información del texto y la relación y cotejo con sus conocimientos previos, la formulación de hipótesis, la emisión de opiniones, la relación texto e imagen. Todas estas habilidades estarán ligadas con los niveles de comprensión lectora.

Según la OCDE (2018) “La comprensión lectora se define como la habilidad para entender, evaluar, utilizar e implicarse con textos escritos, participar en la sociedad, alcanzar las metas propuestas y desarrollar el mayor conocimiento y potencial posibles.”

Encontramos primordialmente tres niveles de comprensión lectora que el estudiante debe ir desarrollando en su proceso de aprendizaje: comprensión literal, comprensión inferencial y comprensión crítica, algunos añaden dos adicionales que son la comprensión apreciativa y la comprensión creadora.

La comprensión literal como su nombre lo indica recupera la información explícitamente planteada en el texto y se la reorganiza mediante clasificaciones, resúmenes y síntesis. La comprensión inferencial utiliza los datos descritos en el texto, más las experiencias y conocimientos previos y la intuición para realizar conjeturas o hipótesis.

La comprensión crítica por su parte permita al estudiante emitir un juicio de valor sobre el texto que está leyendo o investigando. Cada uno de estos niveles de comprensión requiere estrategias didácticas distintas pero asociadas y secuenciadas.

Comprensión de Lectura

Consejos para mejorar la comprensión de lectura

Consejos para mejorar la Comprensión de Lectura en los Estudiantes

    1. Marcar la lectura de los textos en proyectos que le den un mayor sentido y significado.

    1. Garantizar que en el aula se disponga de la mayor cantidad y variedad de textos de tipos variados.

    1. Permitir que los estudiantes seleccionen los textos de acuerdo a sus necesidades, gustos y pasiones y
      a la vez, favoreciendo que los estudiantes activen y desarrollen sus conocimientos previos.

    1. Leer en voz alta para los estudiantes; pero priorizando la lectura silenciosa.

    1. Proponer la lectura en voz alta de algún párrafo significativo que sea necesario discutir o que pueda
      ser usado para intercambiar opiniones.

    1. Permitir que el estudiante busque por sí solo la información, jerarquice ideas y se oriente dentro de
      un texto.

    1. Activar los conocimientos previos del estudiante acerca del contenido y la forma del texto.

    1. Elaborar hipótesis sobre el contenido del texto (anticipación) y acerca del formato textual.

    1. Relacionar la información del texto con sus propias vivencias, experiencias, gustos, conocimientos, y
      con otros textos.

    1. Crear foros de discusión acerca de lo leído e investigado en clase.

    1. Ayudar al estudiante a identificar el concepto principal que se puede extraer del texto, e identificar
      la idea primaria y sub ideas o temas presentes en el mismo.

    1. Reorganizar la información en función de su propósito, hacer asociaciones y trabajar con textos se-
      cuenciados de manera lógica.

    1. Propiciar momentos donde los estudiantes puedan opinar sobre lo leído a través de la escritura, o a
      través de técnicas de pensamiento visual.

    1. Promover la metacognición.

    1. Hacer preguntas que fomenten y desarrollen el pensamiento inferencial, crítico, analítico y evaluati-
      vo de manera sistemática y sostenida.

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